Para nadie es un secreto que el el
cuerpo del ser humano funciona debido a la energía que absorbe de los
alimentos que son ingeridos. Para poder aumentar conscientemente la energía de
nuestro cuerpo, es necesario tener conocimiento sobre las diferencias que
existen entre ellos y poder sacar el mayor provecho de cada uno de sus valores
nutricionales.
Al cocinar los alimentos gran parte de
sus nutrientes se pierden, se destruyen muchas de las vitaminas, minerales y
sus enzimas naturales. Por tal motivo los es aconsejable aumentar el
consumo de alimentos crudos y frescos, como frutas, verduras, legumbres y
especialmente, los productos germinados, aquellos que son 100% orgánicos.
Los antioxidantes contenidos en los
alimentos, son nuestras defensas y nuestra garantía contra esos invasores
dañinos que son los radicales del oxígeno. Están representados por las
vitaminas y las sales minerales. Las vitaminas son reconocidas por
llamarse también las sustancias de la vida, estos
solo están contenidos en los alimentos naturales y está comprobado
que las vitaminas artificiales se eliminan por la orina hasta en un 95%. Además
para que las vitaminas puedan ser aprovechadas, deben acompañarse de carbohidratos
de origen vegetal también como las frutas y verduras crudas y los cereales.
Una de las características más
importantes de las vitaminas, es su sensibilidad a la temperatura, es decir son
frágiles ante el frío y el calor, por tanto cuando se calientan o se congelan,
se pierden. Recuerde esto antes de comprar frutas y verduras congeladas o comer
frutas y verduras enlatadas; ya no tienen vitaminas.
Por otra parte, los minerales a su vez
juegan un papel muy importante en las funciones de nuestro organismo. Los
minerales no se degradan, sino que son elementos que se transforman en otros
cuando es necesario, cuando los alimentos contienen la preciosa energía vital.
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